"PORQUE UN UNIVERSITARIO PUEDE DEJAR DE SER UNIVERSITARIO, PERO UN SANMARQUINO NUNCA DEJA DE SER SANMARQUINO"
Damos la bienvenida a este espacio de encuentro a quienes desean discutir y visibilizar la comunicación para el desarrollo de las poblaciones peruanas dentro de la agenda temática actual, asi como reconocer su importancia dentro de toda iniciativa y acción de desarrollo.

Los invitamos a socializar sus trabajos, esperiencias, publicaciones o comentarios sobre el curso.

El enfoque en comunicación para el desarrollo: en qué consiste?

MG. GINA GOGIN SIAS
Marzo 2008


“Desde principios de la década de los noventa, numerosas ONGs en el Perú han introducido la capacitación y/o formación de líderes como tarea prioritaria (…)

El peso que va asumiendo esta particular apuesta por el desarrollo, llevó a que … se considerara pertinente estudiar cómo las instituciones …estaban encarando el reto de formar líderes y cómo encajaba dentro de los procesos de cambio que esta agencia de cooperación consideraba centrales: la democratización, la participación ciudadana y la descentralización. De particular importancia resultaba realizar un balance de los programas de formación de líderes para comparar estrategias, propuestas pedagógicas, logros y debilidades, y su efecto en los procesos de desarrollo y democratización. Otro propósito principal era examinar los vínculos entre las experiencias ejecutadas y elaborar propuestas para el futuro.”[1]

PARA QUÉ SIRVE LA COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO?

Muchas experiencias del campo del Desarrollo y la Promoción Social[2] han demostrado en los últimos años, que es posible encontrar formas efectivas de usar la disciplina de la Comunicación Social, para contribuir a dinamizar y acelerar los ritmos del desarrollo. Esto sólo es posible cuando la comunicación se convierte en un elemento integral del proyecto y del proceso de desarrollo; y cuando se la ejecuta de forma estratégica y profesional.

A pesar que este tipo de constataciones han demostrado el importante rol que juega la comunicación en el desarrollo, creemos que aún es necesaria una intensa labor de difusión para contribuir a que la “Comunicación para el Desarrollo" sea aceptada en los distintos ámbitos comprometidos (el del propio desarrollo, el académico, el político, etc.), como el factor integral de los proyectos de desarrollo.[3]

La "Comunicación para el Desarrollo" es una forma particular de hacer comunicación. Esta particularidad se debe a que este tipo de comunicación busca, propicia, que los individuos y las comunidades se apropien tanto de los mensajes, como de los medios (en términos de contenido y proceso). Por tanto, se trata de un proceso de comunicación que otorga poder (empodera) a la comunidad, que busca dar voz a los no escuchados, que es de "muchos-a-muchos”; y que pone el énfasis en contenidos y temáticas locales. Por ello, quienes trabajamos en este ámbito debemos comprometernos a convencer a otros, del valor de este enfoque; ya sea publicando, promoviendo el debate, o socializando la información más actualizada; y por supuesto, continuar investigando y sistematizando experiencias de desarrollo con perspectiva comunicacional.

Una de las premisas en que basamos la importancia de incluir el enfoque de la "Comunicación para el Desarrollo" en los programas y proyectos de desarrollo, se refiere a las profundas transformaciones que ha sufrido la sociedad global. Por citar algunas: los desarrollos recientes en tecnología de la comunicación, los cambios en los sistemas políticos y en los medios; así como los nuevos problemas que trae el desarrollo sugieren la necesidad de asignarle a la comunicación un papel más amplio, y radicalmente diferente, dentro de los programas para el desarrollo.[4]

El enfoque que nos brinda la "Comunicación para el Desarrollo", sostiene que la comunicación es un factor determinante en la facilitación de la gente en el acceso a la información; por tanto en posibilitar también que sea la propia gente la que tome el control de sus propias vidas y establecer sus propias agendas en relación al desarrollo político, económico y social. En particular, puede contribuir a amplificar las voces de los económica y políticamente marginados, incorporándolas a los debates públicos y políticos del conjunto de la sociedad.

La información no se debe reducir a permitirle a la gente saber lo que debería hacer o pensar. La información es poder. Les permitiría a los individuos y comunidades construir su destino y hacer realidad sus aspiraciones. Esto sólo es posible si la información, se convierte en conocimiento. Para lo cual, hay que trabajar en la perspectiva de la "Gestión de la Información".[5]

Pues los principios de la Comunicación para el Desarrollo están enfocados hacia el uso de una comunicación transparente, directa, de "muchos hacia muchos", porque deberá ser producida desde las propias comunidades afectadas. Ellos deberán ser los protagonistas de su propia historia.


CÓMO SE CONOCE Y/O APRENDE? LA CULTURA: IMPORTA?

El presente texto tiene como propósito principal, profundizar en el ámbito de lo que se conoce como capacitación y/o formación, en el campo de las ONGS; incorporando además la discusión y reflexión sobre el término “líderes”.

Sin embargo nuestra perspectiva no se centra en lo que nosotros llamamos el “paquete teórico-metodológico”, que el alumno (líder, dirigente, etc.), debe aprender; si no en tratar de pensar en qué entendemos por APRENDIZAJE. Más aún, quisiéramos también invitar al lector a pensar en preguntas como: en qué consiste el aprendizaje?, qué es el conocimiento?, cómo se conoce y/o aprende?; y finalmente quiénes son los actores que llevan a cabo las actividades de capacitación y formación, así como los participantes, es decir los que componen el auditorio.

Pues este tipo de actividades, desde una perspectiva comunicacional, y el Enfoque de la Comunicación para el Desarrollo, constituyen el foco crucial de todo proyecto de desarrollo; es decir, la relación entre los llamados -promotores, técnicos, etc., y los beneficiarios- (sean o no líderes)

Como se afirma en un artículo del Grupo Chorlaví, “En términos generales, por aprendizaje se entiende un cambio constante en las estructuras cognitivas y comportamientos de los sujetos a partir de la interacción del entorno y donde el conocimiento no corresponde a una realidad externa a los sujetos, si no a un proceso de construcción llevado a cabo por ellos mismos.[6]

Pues es el mundo de la vida cotidiana, el fundamento incuestionado para construir la concepción natural del mundo que los sujetos realizan, según la matriz cultural de procedencia. Por ello, quizás estas concepciones son tomadas muchas veces como “pre-científicas”; desconociendo que es lo pre-científico la realidad que parece evidente para los hombres y mujeres -comunes y corrientes- . Reiteramos que esta realidad es el mundo de la vida cotidiana; únicamente desde este escenario puede constituirse un mundo circundante, común y comunicativo. Además sólo dentro de este ámbito podemos ser comprendidos por nuestros semejantes, y sólo en él podemos actuar junto con ellos.


¿Quién es un intelectual y quién no lo es, quienes son los intelectuales verdaderos?

Los intelectuales, así como los artistas, gozan de un capital simbólico que les da el reconocimiento, la consagración, y el respeto social. Aunque no formen parte de los sectores dominantes, sin embargo, dominan en tanto que poseen los privilegios que confiere la posesión de un capital cultural. Pues el capital que poseen es de un tipo muy especial, porque es instrumento de apuesta, competencia y rivalidad en el seno mismo del campo. A esto se le añade que la naturaleza del reconocimiento no se mide en términos de dinero ni éxito comercial. Pero, hay que precisar que el campo intelectual, en el que incluimos aspectos como la instrucción, la educación institucional y la no institucional, es el campo en el que se expresa de forma explícita la diferenciación social.

Las creencias populares no constituyen conocimiento académico

La creencia se constituye como una forma de constituir la cosmovisión de las personas. Las creencias son pues el punto de partida y de llegada en la formación de grupos como Alfa y Omega. Estas creencias imaginan un mundo ideal, con más equidad, justicia y armonía.

Hay que reconocer también, que esto nuevos núcleos generadores de ideas, de sentido, nunca alcanzan ni en permanencia, ni en magnitud, a la fase monopólicamente administrada por los que detentan el poder simbólico, el de la producción y conocimiento, Volvemos a la fase de circulación oficial, de la que sirve a toda la sociedad.

Por eso, serán siempre una MINORIA COGNITIVA. O en términos del revalorado –obligatoriamente por quienes no conocieron el conocimiento de sus reflexiones- lo que él llamo ya hace tiempo ha. EL INTELCTUALISMO PROLETARIODE. Frase que algunos hoy encuentran adecuada para designar un grupo social que también puede ser productor de ideas. Es decir que pueden entrar a la categoría que presentamos, atrevidamente en una eliminación necesaria del profesional, académica y docente...

MG. GINA GOGIN SIAS
[1] “La persuasión del cambio”. Díaz Albertini Javier, Heredia Nadine. Escuela para el desarrollo.
Lima-Perú
[2] Revisar portal de la FAO-SD, Banco Mundial DEVCOMM, entre otros.
[3] Hemos tomado esta idea y algunas otras de un colega que trabaja en investigación para el
Desarrollo.
[4] Para ampliar esta información se puede consultar los documentos del Congreso Mundial de
Comunicación para el desarrollo, realizado en Roma el año 2006.
[5] La definición de este término, puede consultarse en el BLOG: “La comunicación para el
Desarrollo”. http://comdesa51.blogspot.com/ de Gina Gogin Sias

[6] Grupo Chorlaví: Proyectos de aprendizaje social. Marzo2005

viernes, 15 de mayo de 2009

Comunicación para el desarrollo: una aproximación a los enfoques y hallazgos

“Me comunico para lograr en el otro, con el otro, por medio del otro o sin el otro, un resultado”
Martin Serrano.

Por Irene Cristóbal Ponce
[1]

¿Qué tipo de comunicación y para qué desarrollo? Son las interrogantes que desde un primer momento nos asedian al acercarnos conceptual u operativamente a la “comunicación para el desarrollo.” Ambos conceptos, tan dinámicos como complejos por separado, nos presentan un reto mayor al amalgamarse y denominar a la puesta en práctica y quehacer profesional de muchos comunicadores especializados en este campo particular de la comunicación.
No podemos soslayar el reconocer, pero tampoco incluir en este breve espacio, la amplia cantidad de conceptos, modelos y esquemas comunicativos enunciados cada cual para responder con pertinencia a un ámbito social o explicar una interrelación. Así tampoco los distintos desarrollos y me refiero con ello no solo a los grandes modelos teóricos e históricos como por ejemplo el crecimiento económico, la teoría de la dependencia, el capital social o el enfoque de Amartya Zen, sino también a las concepciones particulares que cada sociedad (que puede coexistir con otras en un mismo tiempo aunque en diferentes espacios incluso de un mismo país), percibe como desarrollo para su propio pueblo.
Partamos sin embargo de una certeza: la comunicación, en cuanto proceso integrador y generador de compromiso de los implicados es vital para lograr el desarrollo de todo grupo humano. Sin comunicación, no es posible ningún tipo de desarrollo dado que sin este proceso no sería posible establecer ni la más incipiente convivencia.
Es justamente esta certeza la que nos permite, en medio de estas transformaciones conceptuales y particularidades tanto sociales como pluriculturales, el trazar un derrotero que permita verbalizar y porque no enriquecer, el debate sobre el quehacer de los comunicadores para el desarrollo.
Como primera entrada tenemos el enfoque de la comunicación para el desarrollo en cuanto proceso para el cambio de comportamiento. Este enfoque es particularmente empleado en la comunicación para la salud, un área especializada de la comunicación para el desarrollo. Dentro de este enfoque podemos citar los aportes de la Food and Agriculture Organization (FAO) y Gloria Coe. En el documento: Directrices de comunicación para el desarrollo rural, FAO señala que “…la comunicación para el desarrollo se basa en la premisa de que el éxito en el desarrollo rural no puede llevarse a cabo sin un cambio en las actitudes y la conducta de la gente a quienes está destinado” Adicionalmente, sustenta que para este propósito, la comunicación para el desarrollo emplea los medios masivos e interpersonales para crear mecanismos de incidencia política para movilizar a la población hacia acciones de desarrollo, para reforzar los procesos pedagógicos de capacitadores y agentes de desarrollo, y en general, para incrementar los efectos del mensaje y su construcción por parte de los profesionales de proyectos y políticas como para los dadores de asesoría técnica.
Por su parte, Gloria Coe de la Organización Panamericana de Salud (OPS) (1998) señala que la comunicación en salud se define como "la modificación en el comportamiento humano (…) o como un proceso de presentar y evaluar información educativa persuasiva, interesante y atractiva que dé por resultado comportamientos individuales y sociales sanos."
La comunicación para el desarrollo entonces vista desde esta óptica se refiere al cambio de comportamiento y su correlato con el dar conocimiento y/o difundir información para promover la adopción de nuevas actitudes, generar participaciones en los actores sociales y así mejorar la calidad de vida de las personas. De ahí que el actor social es considerado ante todo un receptor de mensajes. No se trata de un guiño a la Teoría de la Aguja Hipodérmica. Bajo este enfoque, el actor social, miembro del grupo objetivo o de la audiencia es un receptor complejo de múltiples fuentes de información, que tiene contacto con profundas mediaciones personales y sociales y que además puede estar organizado. Significa, eso sí, que las investigaciones, el empleo de medios y la elaboración de estrategias deben orientarse instrumentalmente a lograr un efecto de cambio de comportamiento en las poblaciones. Lo valioso de este enfoque es que se legitima la intervención de los procesos comunicativos en toda iniciativa de desarrollo, ya que sin cambio de comportamiento no habría aceptación de las medidas promovidas por los proyectos, programas o políticas sociales y en consecuencia se trataría de una de tantas iniciativas fallidas y no sostenibles. De este modo, este proceso comunicativo se configura como un elemento transversal para toda acción social exitosa.
¿Pero cuáles son los alcances de este cambio de comportamiento? Existe una serie de aspectos conflictivos no siempre negociados sobre qué es lo que se debe “cambiar” del otro. Por ello nos parece que este enfoque, muy efectivo hasta la fecha tanto para conceptualizar como para operativizar los procesos de comunicación para el desarrollo, debe ser complementado con el enfoque de la comunicación intercultural, que señala que no hay una jerarquía entre las culturas y que todas son igualmente dignas y merecedoras de respeto. Al respecto Rodrigo Alisina (1999) afirma también que la única forma de comprender correctamente a las culturas es interpretar sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales. Se trata entonces de intentar moderar un inevitable etnocentrismo que lleva a interpretar las prácticas culturales ajenas a partir de los criterios de la cultura del interpretante, en este caso, el investigador o el formulador de políticas, programas y proyectos. Si no se realiza este esfuerzo de comprensión, la comunicación intercultural se hará más difícil y aumentará la probabilidad de malentendidos. Se trata en primer lugar de ver que se puede aprender de las otras culturas, en lugar de intentar cambiarlas.
Otro enfoque muy importante es el señalado en el Congreso Mundial en Comunicación para el Desarrollo (2006). Aquí se sostiene que la comunicación para el desarrollo”Es un proceso social basado en el diálogo usando un amplio abanico de métodos. (…) a favor de cambios importantes y significativos” la diferencia estriba en que estos cambios, estipulados en sus requisitos estratégicos sostienen que se debe “asegurar que la gente tenga acceso a los instrumentos de comunicación de modo que ellos puedan comunicarse dentro de sus propias comunidades así como con la gente que toma las decisiones que les afectan.” Además de dar “…apoyo a la gente más afectada por las cuestiones del desarrollo en sus comunidades y en sus países para permitirles hablar, para das voz a sus perspectivas y para contribuir y actuar en sus ideas para mejorar su situación” En esta línea de comunicación basada en el reconocimiento de derechos, se cita incluso a las poblaciones indígenas y a las PVVS (personas viviendo con VIH/Sida).
Gina Gogín (2007) dentro de esta perspectiva, pertinentemente señala que la comunicación para el desarrollo “busca, propicia, que los individuos y las comunidades se apropien tanto de los mensajes, como de los medios (en términos de proceso y contenido)” Asimismo, es particularmente enfática en señalar el poder que la comunicación nos puede brindar. Un poder no exclusivo de los grandes medios o estadistas, sino de las poblaciones e individuos que, esta vez empoderados tienen potestad de decisión, de participación y porqué no, de cambio.
Este enfoque entonces equipara la situación dialógica y la orienta horizontalmente, bidireccionalmente. La comunicación para el desarrollo se entiende como un proceso de empoderamiento de las poblaciones, que implica no llevar el medio a la gente sino la gente al medio, para democratizar sus no solo sus usos, sino también sus metodologías y tecnologías, y de este modo, escuchar y dar voz a los no escuchados.
Por consiguiente, se trata aquí de un receptor activo, que se convierte en emisor de sus propios mensajes y en agente de su propio desarrollo. La lógica inicial de cambio está siempre presente. Citando a Rodrigo Alsina, “…una cultura no evoluciona si no es a través del contacto con otras culturas “, pero es el actor social el que debe participar y promover un cambio que parta de su reconocimiento como sujeto de derechos y aceptación de sus diferencias.
Hasta aquí me he permitido revisar diversos enfoques. Son todos ellos igualmente válidos y útiles para los grandes retos que como comunicadores para el desarrollo debemos afrontar. Así de variadas las situaciones e interacciones comunicacionales, así de variadas las estrategias que se deben emplear y diseñar. Finalmente y en lo personal, siempre defenderé la comunicación para el desarrollo no como un proceso de cambiar hábitos para “mejorar” a los “otros” sino para poner al alcance conocimientos que permitan a las mujeres y varones tomar decisiones informadas sobre cómo quieren vivir sus vidas.
Bibliografía:
BELTRÁN, Luis Ramiro (1997a). Universidad y comunicación para la salud: acciones y reflexiones en América Latina. La Paz, Universidad Johns Hopkins -Oficina para Bolivia
COE, Gloria (1998). “Comunicación y promoción de la salud”, en Chasqui Nº 63, revista latinoamericana de comunicación, Editorial CIESPAL.
RODRIGO ALSINA, Miquel (1999) La comunicación intercultural. España, Barcelona. Editorial Anthropos.
Food and Agriculture Organization (FAO) (2005) Directrices sobre comunicación para el desarrollo rural. Guía para los responsables de la formulación de proyectos. Departamento de desarrollo sostenible.
Congreso Mundial en Comunicación para el Desarrollo (2006) Roma, Italia Borrador Final
GOGÍN SIAS, Gina (2008) El enfoque en comunicación para el desarrollo ¿en qué consiste?
[1] Irene Cristóbal Ponce es Licenciada en Comunicación Social, egresada de la Maestría de Políticas Sociales con Mención en Gestión de Proyectos Sociales de la UNMSM y tiene estudios de Doctorado en Ciencias Sociales en esta misma casa de estudios. Para consultas relacionadas se puede comunicar al E-mail : velvets22@hotmail.com

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